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febrero 28, 2011

LAS CORRIENTES MUSICALES Y LOS GRUPOS DE ALABANZA

(VERSIÓN PARA MÓVIL de este artículo)
POR QUÉ APRENDER E INTERPRETAR DIVERSAS CORRIENTES MUSICALES?
Encajonarse en una sola corriente musical no es lo más apropiado, cuando se trata, muy específicamente, del caso de grupos de alabanza dentro de una iglesia o congregación. Siendo este el caso, es bueno que seamos abiertos a escuchar, aprender e interpretar diversos géneros musicales.
     Algunos cantores y músicos, dentro de los grupos de alabanza de las iglesias, solo quieren mantenerse en la línea de aquel tipo de música que a ellos, muy personalmente, les agrada. Y no hacen el intento de abrirse a ningún otro tipo de corrientes musicales. Pienso que esto no es lo más apropiado en estos casos (reitero: cuando se trata de grupos de alabanza de las iglesias, en general). Y digo que no lo es lo más recomendable, por varias razones que veremos en este artículo.
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          Antes de entrar en materia, quisiera aclarar que no tiene nada de malo que nos inclinemos, y mas aún, que nos especialicemos en un tipo de música específica.
          Es un hecho común (y que no tiene nada de extraño), que cada uno de nosotros nos inclinemos más a escuchar, y aún a interpretar, cierto tipo de canciones, de acuerdo al corte musical que más nos agrada y con el cual nos sentimos más identificados; puesto que ello nos hace sentir más cómodos y motivados.
          Y esto es porque cada quien tiene sus gustos específicos y definidos. Como bien dice el refrán: “Cada cabeza es un mundo” y “Para gustos, los colores”.
          Ahora bien, tratándose de grupos musicales en el ámbito cristiano, podemos concretarnos solamente a una corriente musical específica si, por ejemplo, hemos formado un grupo musical independiente, en donde, por común acuerdo entre todos los integrantes, se seguirá esa línea musical de trabajo, con un propósito definido.
          Esto lo podemos ver en tantos y tantos grupos cristianos musicales exitosos y algunos muy usados por Dios, que se especializan en ciertos tipos de géneros musicales. Así, hay grupos que se circunscriben solo a música rock; otros, a salsa; o solo a reggae, reguetón; pop, merengue, tecno; baladas, música ranchera, hebrea, country, etc. Y así, pudiéramos seguir mencionando ejemplos.
          Incluso, tales grupos tienen a su haber un público que se inclina por ellos, de acuerdo a sus preferencias musicales específicas; gente ésta a la cual dichos grupos pueden alcanzar más efectivamente con el tipo de música que manejan.
          Mas, como dijimos al inicio de este artículo, hablando específicamente de grupos de alabanza de las iglesias en general, no es recomendable encajonarse en un círculo cerrado de géneros musicales. Opino que no es lo mas apropiado, por las siguientes razones:

1. LAS PREFERENCIAS MUSICALES DE LA CONGREGACIÓN:
          La primera razón es que la congregación promedio de una iglesia estará siempre conformada por individuos con una pluralidad de caracteres, gustos, edades, estratos sociales, costumbres, trasfondos culturales y también, de preferencias musicales. Y todas estas personas no pueden ser tocados y alcanzados siempre por una misma y sola corriente musical.
          Por ello, no podemos cantar siempre solamente lo que nos gusta a nosotros; sino que también hay que tomar en cuenta qué es lo que les gustaría a aquellos que nos van a escuchar.
          Es diferente en el caso de un grupo musical que sigue una corriente, estilo o género musical específico y va a dar un concierto. En ese caso, aquellos que acuden a dicho concierto lo hacen sabiendo cuál es el tipo de música que van a escuchar; pues ya son, generalmente, seguidores de dicho grupo o corriente musical.
          Pero en las iglesias no es así. Allí, hay de toda clase de personas; y por consiguiente, de toda clase de gustos y preferencias musicales, que también debemos tomar en cuenta, a la hora de escoger el tipo de música o de género musical con el cual interpretaremos los cantos.

2. LA RELACIÓN ENTRE LA MÚSICA Y LA MINISTRACIÓN ESPIRITUAL:
          Otra razón para no encasillarse estrechamente en un género músical es que el tipo de música a utilizar en la ministración de alabanza debe ir acorde al momento espiritual que se está dando, conforme al mover de Dios. Y un mismo tipo de música no siempre va a ser el más adecuado para todas las ocasiones.
          Y con lo anterior no me refiero únicamente a cuando se trata de tocar música de un ritmo rápido o movido, por así decirlo; o de tocar canciones más lentas o baladas. Esto podríamos considerarlo solo como la primera subdivisión. Pero aún, dentro de cada caso (es decir, ritmos rápidos y ritmos lentos), existen muchas variantes que se pueden suceder.
          Por ejemplo, puede ser que, según el corte de la ministración musical que se esté dando, o según lo que el ministro o predicador en el momento pida que se haga, podríamos requerir de saber manejar géneros musicales de tipo latino o tropical; o en otro caso, de tipo country o pop, o rock, o quizás, de música de aire hebreo. Esto, solo por mencionar ejemplos de algunos géneros musicales comúnmente utilizados en las iglesias cristianas, al menos, en nuestro país. (Aunque en esto, guardamos ciertas similitudes con otras iglesias a nivel latinoamericano).
          Por eso, es necesaio que sepamos manejar, al menos en su forma básica o elemental, cierto abanico de opciones, en lo que respecta a los géneros musicales más comunes; para así, poder utilizarlos sabiamente, según lo amerite la ocasión y el mover espiritual.

3. LAS PREFERENCIAS MUSICALES DE LAS PERSONAS QUE CONFORMAN LOS GRUPOS DE ALABANZA:
          La tercera razón por la cual no podemos encasillarnos en una estrecha corriente musical, es el aspecto de que los grupos de alabanza de las iglesias están conformados por una diversidad de personas (y me refiero tanto a músicos como a cantantes) que, a su vez, tienen una variedad de gustos musicales y habilidades; algunas veces, más desarrolladas para unos tipos de música que para otros.
          Por esa razón, tampoco podemos pretender encasillarlos a todos en una estrecha línea de pensamiento musical, de acuerdo solo al gusto del director del grupo; ni siquiera, al gusto del pastor. Y esto último lo digo, no con rebeldía, sino con temor de Dios y con todo respeto a los siervos del Señor.
          Creo que el pastor debe ser el primero en establecer la guía y patrón para el grupo de alabanza, en cuanto a discernir con sabiduría lo que es adecuado y lo que no lo es, en el tema de la alabanza y adoración a Dios.
          Pero a veces, ciertos pastores solo quieren y permiten que se toque en sus iglesias un determinado tipo de música; y no dan cabida a ninguna otra que no vaya de acuerdo a sus gustos personales o estereotipos adquiridos.
          Pienso que un pastor no debe guiarse por lo anterior, sino que debe procurar lo que es más sabio, prudente y adecuado para la congregación en sí, en lo que se refiere a la música utilizada para alabar y adorar a Dios; aunque esto no siempre coincida por completo con sus preferencias musicales personales.
          Así, es bueno que los grupos de alabanza de las iglesias, con el aval de su pastor, tengan una mentalidad abierta y se atrevan a incursionar en variadas corrientes musicales, aprendiendo a tocarlas y cantarlas.
          Es necesario ser versátiles al respecto, para que así, cuando se presente la ocasión, estén mejor preparados y cuenten con un abanico de opciones musicales de las cuales puedan optar por la más adecuada en un momento o circunstancia dada.

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